martes, 1 de diciembre de 2009

Un Odio Establecido. [R]

Hoy por primera vez, escribe Rami!

Dado a la insistencia constante de mi querida madre y a que ahora, como mucho de ustedes saben, las cebras ya no viven más juntas, los lectores y fans del blog, que la mayoría de los que entran son por mí, ya no están recibiendo un caudal suficiente de noticias mías y las quejas no se hicieron esperar. He recibido algo así como 50 mail y unos 30 llamados, sin contar los innumerables mensajes de texto y cartas a domicilio que me han llegado, insistiéndome en que me ponga a escribir y a contar un poco de mi vida en esta granja tan alejada de la civilización. (Aclaración: tengo una imaginación muy volátil y los datos dados anteriormente no son del todo veraces).
Se me ocurrió que para que los lectores puedan identificar fácilmente el escritor de la nota, las mías van a ir acompañadas de una R entre [], ósea [R], y así no van a tener problema en entender la nota. Cuando me refiero a mí, soy yo y cuando me refiero al otro es el otro, fácil y redundante no??
Otra cosa que les voy a pedir es un poco de paciencia y entendimiento con mis faltas de ortografía y errores de gramática. Sé que soy un desastre y que tengo 22 años y que ya lo tendría que haber solucionado, por lo tanto no necesito nadie que me diga que los tengo. Desde ya muchas gracias.
Ahora si empiezo con la nota.

Les cuento que mi granja está compuesta por unas 1200 vacas que se ordeñan 2 veces al día (el funcionamiento de mi tambo es = al de George, pero el mío es más grande, jeje, estamos hablando del tamaño del tambo eh), también tenemos 24 toros, que lo único que hacen es montarse a las vacas y por suerte no los tenemos que ordeñar y algo así de 250 terneras, que están destinadas a la reposición de las vacas que mueran o que ya sean muy viejas para dar leche o simplemente que pateen mucho y haya que matarlas.
Día a día me toca lidiar con todos estos animales. Cuando llegue sentía un aprecio por las vacas, me parecían simpáticas y nos daban la materia prima del queso que me gusta tanto y otros tantos productos que consumimos, al cabo de una semana de que me caguen en la cabeza, me pateen, me pisen, no me hagan caso y encima tenga que soportarlas porque son la parte fundamental de la granja, genere un odio hacia este animal que pocas veces eh encontrado en mi. De todas formas me sirve para templar mi temperamento y les explico porque: en el momento que más odio me dan es cuando les estoy poniendo las pezoneras y las muy simpáticas se mueven, patean y/o tienen las tetas muy chicas como para que la pezonera se sostenga por la succión, entonces se le caen, esto implica volver a ponérselas y hacer el mismo procedimiento con la misma vaca = a pérdida de tiempo. Si todavía estuviera en un tambo que no va muy rápido o la lesbiana que es mi supervisora no fuera una perra y me subiera la velocidad de la maquina, esto no sería de mayor inconveniente, pero no es así, mi tambo se acelera a cada rato y si me alejo mucho de mi lugar establecido para poner pezonera me retan, por lo tanto tengo que esforzar al máximo mi cuerpo y mi mente para no alejarme de este lugar, que deben ser 4 metros lineales más o menos. En este momento las vaquitas se mueven y se sacan las pezoneras, la ira se desparrama por mi cuerpo usando mis venas de autopista sin límite de velocidad un domingo 10 de enero saliendo de bs as, y levanto me puño juntando toda mi fuerza en ese brazo que está a punto de azotar al vacuno entregador de leche, en ese momento es cuando digo: "tranquilo Ramiro, es solo un animal estúpido que no sabe lo que hace" eh intento ponérselas de vuelta con mayor filosofía y tranquilidad. En el caso de que se la saque otra vez, ahí si la cago a palos. Odio establecido hacia las vacas.

Hace cosa de unas 2 o 3 semanas llegaron los toritos, graciosos por su forma de andar, rechonchos y tiernos. Sentía un leve afecto por esta parte de la familia vacuna. Era cuestión de tiempo empezar a odiarlos. todos los días cuando traen las vacas al tambo junto con ellas viene 9 toros, de los mas idiotas que hay sobre la tierra, a estos toros no los tenes que dejar entrar a la yarda (donde esperan las vacas para ser ordeñadas) y los tenes que espantar con una varilla y un sinfín de ruidos sin sentido para que el toro se asuste, cuando el toro recula y empieza a caminar para atrás arrastra con el todas las vacas que puede y después tenes que andar corriendo vacas para que vuelvan a entrar a la yarda y lo peor es que trabajo con todos kiwis miedosos que no le hacen frente y prefieren tirarse contra un alambrado electrificado (esto paso de verdad) antes de estar al frente de un toro, que es el vicho mas sumiso eh idiota de la granja. Por lo tanto 2 veces al día es esta pelea con los toros y los amores de las vacas. Odio establecido hacia los toros.

Los terneros: que animal encantador, como la mayoría de los mamíferos bebes, producen ternura, amor, comprensión, paz y cariño.
Los estuve alimentando junto con flor, una compañera argentina de trabajo, durante 1 mes más o menos. El trabajo era fácil, entrar al corral con una camioneta, que tenía dos tanques con leche enganchados tipo tren, y corretearlos un poco para que todos coman, una vez que terminaron de comer jugábamos un poco con los cachorritos de vaca tan llenos de alegría y luego nos íbamos a alimentar a otro rodeo de 60 bichos mas. Eran días felices.
Hace unos 10 días a los terneros grandes se los separo y se les dejo de dar leche, para que coman solo pasto. Los terneros no acostumbrado a esta modalidad los primeros días pasaron hambre, comían poco pasto y la camioneta con los tanques con leche no venia nunca más, esto produjo que se empezaran a escapar de los corrales y corrieran por los caminos y se mesclaran entre las vacas, después los separábamos y listo, problema solucionado. Pero un día el odio se acerco a mi puerta y se sentó a mi mesa a convencerme de que la ira y el desprecio era el mejor camino y debo admitir que por una media hora lo logro. Les cuanto: se había terminado el ordeñe de la mañana a eso de las 9, yo fui el ultimo en irme del tambo. Cuando me dirigía a mi casa, divise a lo lejos un grupete de 6 o 7 terneritos que se habían escapado y estaban medios perdido y mugiendo a más no poder, me podría haber ido a mi casa y dejarlos ahí sufriendo, pero mi espíritu bondadoso me lo impidió y decidí volver para meterlos en el corral correspondiente y sacrificar minutos de mi desayuno no pago. Los arrié hasta su corral y cuando abrí la tranquera (que consiste en 2 sogas electrificada) los 50 terneros que estaban dentro, mugiendo del hambre, se echaron a correr. Mis gritos de desesperación y mis ademanes para hacerlos volver al corral eran parecidos a la de una loca, fanática de Luis Miguel, que lo vio por la calle y corre para que el la vea y le sonría al menos. Todos mis esfuerzos fueron en vano, ahora tenía algo así de 60 terneros corriendo por los caminos de la granja. Subí a mi moto eh intente arriarlos con el ruido de aceleración del motor, pero en el camino que me encontraba era demasiado ancho y los animalejos hambrientos rodeaban la moto y seguían en su carrera hacia la yarda donde sabían que iban todos los días las vacas. Me resigne y los deje correr hasta la yarda que sabía que estaba cerrada y se iban a encontrar en un callejón sin salida. En este momento yo ya había firmado pacto de fidelidad con el odio y había dejado que tome posesión me mi cuerpo. Lo que viene a continuación es un poco de violencia contra cachorros de vaca, el que no quiera enterarse que no siga leyendo. Acelere mi Suzuki 250 a trabes del camino repleto de terneros y fui pegándole y atropellando a cada uno de los que me cruzaba hasta que llegue al final y vi como 5 estaban completamente encerrados, me baje de la moto y me desquite con estos terneros un rato, azotando a piñas y patadas a uno y cada uno, como haría un barra brava de river contra un Giordano tirado en el suelo y gritando. Luego empecé a arriarlos otra vez hacia el corral, mientras pensaba, que ganas de tener una metralleta y matarlos a todos. Cuando llegamos a la primer y única intercepción 6 terneros mal nacidos lograron pasar por abajo de una tranquera, abrí la tranquera para ir a buscarlos y los restantes 54 siguieron a estos primeros 6 cuadrúpedos, en eso momento creo que mi ira era suprema, se derramaba por los poros y ahora deseaba tener un tanque y pasarlos por arriba a cada uno de estos animales creados por el mismo Lucifer. Una vez que pude hacer que los terneros retomen el camino de la rectitud hacia el corral, mi odio disminuyo, pero de todas formas cada vez que tenía la posibilidad de patear a alguno desde arriba de mi moto, lo hacía. cuando por fin logre encerrar a los 60 animales, me tranquilice y me fui a mi casa a desayunar, quedándome escasos 20 minutos, una vez en casa me encontré con flor y le conté mi desgracia a lo que ella me respondió "son bebes, no entienden" con tono de mama justificando a un nene que hiso algo mal, se podrán imaginar que no me callo del todo bien este comentario y dije -no son bebes, son adolecentes, pendejos de mierda, lo único que quieren es complicarme la vida. Reí un poco con flor y desayune, olvidándome del mal momento que me hicieron pasar estas endemoniadas criaturas. De todas formas: odio establecido hacia los terneros.

Conclusión: voy a dejar de comer carde de cualquier animal que no sea vacuno y voy a aumentar mi ración diaria a 1 o 2 kg de carne, para de esta forma contribuir a la matanza en masa de vacas en el mundo y voy a votar para que la muerte de estas sea mas agonizante y sufrida.

4 comentarios:

  1. relajate rami....no notaba tanta furia en vos desde la pelea en Napier! jajajajajajajaajajajaja. Besos, memi

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  2. JAjajaja..que grande Rami!! Dejenlo expresarse loco!!

    Igual nunca me lo hubiero imaginado de un gran amador de las chicas excedidas en peso. Como cambian las cosas en la vida..jajaja

    Abrazo Gente..que la sigan pasando de 10...

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  3. NO MALOOOOOOOOOOOO
    POBRES BENDICIONES DE JESUS
    AHAHAHAHA
    acordate que soy veggie

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